Las causas de la cervicalgia y el dolor de cuello pueden ser muchas, pero podemos resumirlas en:
Lesiones en la columna o zona cervical: El origen es una lesión localizada en la zona cervical y que suele deberse a un latigazo o esguince cervical (mayormente fruto de accidentes de tráfico, golpes o caídas), hernias de disco cervical, las cuales aparecen por desgaste, o artrosis.
Dolor de cuello por tensión muscular: Es la causa más común y por la que la mayoría de pacientes acuden al osteópata. Las tortícolis y las contracturas en la musculatura del cuello son las patologías más frecuentes, y su origen se encuentra en el estrés, los desequilibrios emocionales, las sobrecargas y esfuerzos y las malas posturas en el trabajo o en tareas cotidianas.
Dolor cervical referido y/o no agudo: El origen de las molestias no está en la propia zona cervical sino que viene referido desde otra área del cuerpo o bien aparece de forma temporal durante actividades concretas.
Algunas de las situaciones cotidianas que pueden desencadenar una cervicalgia son:
- Tener el monitor del ordenador a un lado del cuerpo manteniendo la cabeza girada
- Tener el monitor muy bajo y mantener la cabeza inclinada hacia delante
- Sostener el teléfono entre el hombro y el cuello
- Sentarse de forma incorrecta con tendencia hacia adelante
- Sentarse de forma encorvada con los hombros caídos
- Amamantar o dar el biberón a un bebé
- Dormir con almohadas altas elevando demasiado la cabeza
- Tocar la guitarra, leer o jugar a videojuegos durante horas
- etc.